Se supone que lo tienen bien controlado. Al final del pasaje hay un bar decorado con fotos de incidentes ocurridos y no parecen haber sido graves y sí debidos a paradas indebidas e imprudencias.
Hay habilitadas cada unos cuantos metros , una especie de peanas con escalonesy barandillas. a las que subirse en caso de problemas.
Pero vamos, que asusta un poco, pero es muy entretenido. La zona además es preciosa. El próximo verano es posible que vuelva por allí y por supuesto volveré a pasar. Y cuando me jubile, me gustaría ir en invierno... Que tiene que ser más interesante.
Por cierto, menudo negocio tienen los dos lavaderos de coches que hay a un lado y otro del pasaje.
Más arriba preguntaba alguien su le había pasado algo al coche con tanta agua salada. Y tengo que decir que no, todo funcionaa la perfección y eso que ya tengo 181.000 kilómetros.