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josebdx2002

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Todo lo publicado por josebdx2002

  1. Otro forero del seat leon: "Hoy no he comenzado muy bien el día. Esta misma mañana iba a la estación desde mi casa ( 2 km como mucho ), me ha parado la policiía local de Fuenlabrada y me ha puesto una recetita de 150 € por llevar el kit de xenon sin homologar. Los policiías en todo momento han sido muy correctos y amables. Me han comentado lo de siempre, que el kit tiene q estar homologado, que se necesitan lavafaros y regulación eléctrica... Y que desde mediados de mes tienen orden de denunciar a todo el que vean con el kit ilegal. O sea que cuidadín ahí fuera a los que tengan el xenon puesto porque parece ser que las cosas se están poniendo chungas." Lo que no entiendo es el criterio de poner multas: 1º 600€+ dos puntos. 2º 150€ sin puntos. A mi me han regalado un kit xenon y visto lo visto te hace dudar si montarlo. Saludos
  2. registrate que vale la pena.
  3. Aki tienes todo lo que te hace falta: http://www.forocoches.com/foro/showthread.php?t=689208 Para no liarte te recomiendo TomTom 6.03.. 8320 y el mapa de principales carreteras europeas ES_and_PT_plus_major_roads_of_WE 1409 y luego el mapa de italia especifico Italia 675.
  4. Les he preguntado si el envio a España es gratis y me han dicho: "No, it's GROUND shipping, inside the US only". O sea solo envio terrestre dentro de USA. Saludos.
  5. Muchas gracias por volver. No me habia dado cuenta de lo enganchado que estoy al mundo Volkswagen. Saludos "usuarios"
  6. Que fotos mas bonitas, con esa pedazo camara :mrgreen:. Gracias Faiser
  7. Exito total por lo menos 15 coches. Ha habido carreritas, visita policial y hemos visto el nuevo coche de marc82. Saludos.
  8. Hola de Sant Feliu somos tres: Josebdx2002, Marc82 y PechaIV,............ y ahora B/N. Saludos
  9. Mi foto de hoy mismo, digo esto hay que aprovecharlo.
  10. Esta detras del parachoques, mirando el coche de frente a la izquierda detras de la rejilla pequeña si es diesel, si es gasolina en el centro.
  11. F E L I C I D A D E S Haber si se te ve el pelo que estas desaparecido.
  12. Feo, feo, feo, el culo parece un hyundai.
  13. Yo siempre he tenido motos de carretera y a la que probe una supermotard ............
  14. Tranquilos no os pongais nervioso que es un dacia logan de esos.
  15. josebdx2002

    Reparar llantas

    Reparacion de llantas de aluminio pocoli (reparan lo que sea). C/ Sogorb 106 Tel 938511087 Manlleu 08560 Barcelona
  16. 02-ene-2007 LHQ. Capítulo 8. Sensación de poder Max finalmente se rindió y entró con su magnífico BMW X3 de color negro al parking subterráneo de “El Corte Inglés” pues tras dar varias vueltas por los alrededores le fue imposible encontrar un lugar en la calle donde dejar su coche bien aparcado. Hacía tres meses que Max había comprado el X3 coincidiendo con la campaña publicitaria que BMW había ideado para el lanzamiento del nuevo modelo y donde Bruce Lee había hecho famosa la frase “Be water my friend”. Una vez hubo aparcado, salió del coche y se dirigió hacia el ascensor para subir hasta la última planta donde había acordado encontrase con su hermano Tiny a las once de la mañana de ese soleado sábado de finales de Enero. Tiny estaba sentado frente a la barra de la cafetería leyendo una revista dedicada al automovilismo. Max se acercó por detrás y cuando estuvo muy cerca del cogote de su hermano le dijo: - Es increíble, hace tres días que te han traído desde Alemania tu nuevo coche y ya estás pensando en cambiártelo. Tiny dio un bote sobre la silla y se giró hacia su hermano para gritarle: - ¡Max! ¡Casi me matas del susto! Max no hizo ningún comentario y se limitó a sonreír a su hermano. Finalmente Tiny le dijo: - Que va, espero que este coche me dure muchísimos años. Max pidió un café con leche y una ensaimada pues estaba muerto de hambre. Los dos hermanos estuvieron conversando durante un rato hasta que finalmente Tiny retó a su hermano diciéndole: - Bueno… ¿Lo quieres probar o te asustan tantos caballos bajo el pedal del gas? Max hizo un guiño y le contestó: - Sabes que desapruebo lo que has hecho y me preocupa que cada día vayas al volante de ese bólido… pero venga… vamos a probarlo. Ambos bajaron hasta la planta baja y salieron a la calle para seguir caminando unos cien metros hasta donde Tiny había conseguido aparcar el coche. Ahí estaba, de un color rojo fuego desafiante. A esa hora de la mañana de un sábado cualquiera era casi imposible encontrar aparcamiento en la calle. No obstante, el coche de Tiny no sólo estaba aparcado en la calle… ¡No tenía ningún coche aparcado ni delante ni detrás! Parecía como si ningún conductor hubiera osado aparcar cerca de esa brutal máquina diseñada única y exclusivamente para hacer sentir una sensación indescriptible cada vez que uno de sus afortunados propietarios elevaba las revoluciones del motor por encima de las 5.000 vueltas por minuto. El nuevo coche de Tiny era un impresionante Audi S4 Avant 4.2 Quattro fabricado en Alemania a mediados del año 2004 y que en la actualidad tenía sólo 53.000 kilómetros, esto último obviamente completamente certificado. Dos semanas atrás Tiny decidió buscar él mismo su próximo coche utilizando un portal de Internet dedicado a la venta de coches alemanes de segunda mano. Una vez localizado el coche que le interesaba, contrató a un compraventa de absoluta confianza y honradez demostrable para que se encargase de traerlo hasta España. Además, el coche que había elegido Tiny había pertenecido al jefe de taller de uno de los Concesionarios Oficiales Audi de la ciudad de Stuttgart y esa persona había asegurado y garantizado el excelente estado mecánico del coche. Los 31.250 Euros que Swindler había entregado a Tiny tres semanas atrás más otros 2.000 Euros que había conseguido ahorrar sirvieron para que Tiny comprase el coche de sus sueños con un motor diseñado por medio centenar de ingenieros Alemanes completamente chalados por la perfección y por las prestaciones en estado puro. Ese coche llevaba encerrados bajo el capó a 344 caballos realmente rabiosos cuando se les obligaba a “galopar” de verdad. Tiny sacó de su bolsillo las llaves del coche y se las entregó a Max diciéndole: - Mucho ojito que a estas sensaciones no estás acostumbrado. Tiny pasó por detrás del coche y entró por la puerta del acompañante. Cuando Max se disponía a abrir la puerta observó que en el limpiaparabrisas del coche alguien había colocado un folio doblado. Lo cogió y leyó lo que en él ponía. Acto seguido sonrió, lo volvió a doblar y finalmente entró en el coche. Una vez dentro le dijo a su hermano: - Mira Tiny, alguien ha dejado esto en el parabrisas del coche. Tiny cogió el folio y lo leyó. Enseguida abrió los ojos como platos y gritó: - ¡Max! ¡Es la primera hoja del Blog que creaste hace dos semanas en Internet! Max no le contestó hasta que arrancó el motor del coche y agarró con fuerza el volante, luego, y sin dejar de mirar al frente, sentenció diciendo: - A esto lo llamo yo, DOBLE SENSACION DE PODER. Minutos después el Audi S4 ya había salido de la ciudad y circulaba a 120 km/h por la autopista que se dirigía al norte. Al rato, Max detuvo el coche en el peaje de la autopista y pagó con su tarjeta de crédito. Fue justo al ir a poner primera cuando oyó como la radio del coche reproducía las primeras notas de una canción que hacía muchos meses que no escuchaba. Una canción compuesta por un grupo inglés 15 años atrás y que desde entonces se había convertido en su canción favorita. Una canción que Max siempre ponía a todo volumen cuando quería celebrar algo a lo grande. Enseguida comprendió que la máquina donde él y su hermano estaban metidos les estaba pidiendo marcha… muchísima marcha. Max se giró hacia Tiny y le preguntó: - ¿Cuántos segundos dices que tarda este coche en pasar de 0 a 140? - Menos de doce –contestó Tiny. - Vamos a comprobarlo –dijo Max mientras engranaba la primera marcha. Fue justo antes de subir el volumen de la radio hasta casi el máximo cuando Max miró al frente y pronunció una enigmática frase en lengua inglesa: - Be intelligent my friend. Tiny se sorprendió al oír como su hermano le hablaba en inglés y tuvo la intención de preguntarle qué narices había querido decir con esa frase; fue la brutal aceleración que Max infligió en ese momento al Audi S4 la que hizo que Tiny olvidase momentáneamente esa frase inglesa de sólo cuatro palabras. Dos minutos después el coche ya circulaba a más de 200 km/h cuando pasó al lado de un radar camuflado colocado una hora antes por una patrulla de carretera. Los dos policías que estaban dentro del coche patrulla vieron pasar al Audi S4 y acto seguido miraron el marcador digital del radar para saber a qué velocidad habían “cazado” a ese coche convencidos de que la cifra que aparecería superaría los 200 km/h y por tanto supondría una fuerte multa y la retirada del carné para el conductor del coche. Sin embargo, ambos policías se quedaron boquiabiertos al ver que en el marcador digital del radar no aparecía la velocidad a la que el Audi S4 había pasado por su lado sino la palabra “ERROR”. Esos dos policías nunca supieron la razón por la cual ese aparato electrónico mostró esa enigmática palabra en vez de un número de tres dígitos. Tal vez la providencia hizo que el radar fallase justo en el momento en que Max circulaba a más de 200 km/h. Tal vez el coche de Tiny llevaba incorporado un sofisticado y desconocido sistema electrónico anti-radar. Incluso tal vez, por primera vez en la historia y temiendo una descomunal venganza, ese radar de la policía se negó a fotografiar la matrícula de un misil de color rojo pilotado por un ser humano capaz de aniquilar a cualquier persona, grupo, empresa o aparato electrónico que osara causarle graves perjuicios a él o a cualquier miembro de su familia. La razón exacta de ese extraordinario “ERROR” nunca se sabría. No fue hasta que el Audi S4 circulaba en sexta y las 40 válvulas gritaban enloquecidas de placer al verse obligadas a ‘saltar’ 6.600 veces por minuto sobre los 8 cilindros del motor, que Tiny por fin comprendió que su hermano no le había hablado en inglés a él sino a todos los lectores de esta novela pues Max sabía que en España habían miles de compraventas engañando y estafando diariamente a sus clientes pero también sabía que tal vez, dentro de poco tiempo, habría muchísima más gente honrada dispuesta a hacer algo para impedirlo de una vez por todas y para siempre jamás. La canción favorita de Max duró poco más de tres minutos. Cuando la radio del coche cambió de canción Max empezó a frenar hasta que el Audi S4 volvió a circular a unos irrisorios 120 km/h. Fue en ese momento cuando Tiny por primera en su vida pronunció en voz baja, y sin que Max le oyese, esa frase en inglés de sólo cuatro palabras; una frase que marcaría profundamente a Tiny durante el resto de sus días. No fue hasta sesenta años más tarde, hallándose Tiny en su lecho de muerte y antes de que sus ojos se cerrasen para no volverse a abrir, que Tiny pronunció por última vez y también en voz baja la misma frase en inglés que su hermano mayor había dicho momentos antes de hacerle vivir los tres mejores minutos de toda su vida: - BE INTELLIGENT MY FRIEND. ===== FIN ===== Publicado por Max Quake 01-ene-2007 Mis últimas palabras Apreciado lector: Tal vez mi novela te haya dejado indiferente. Tal vez esta misma noche, justo antes de dormirte, pensarás que a ti nunca te venderán un coche con el cuentakilómetros trucado. Tal vez mañana ya habrás olvidado esta novela y todo lo que en ella se relata. No obstante, permíteme decirte algo antes de que esto ocurra: No se si será la semana que viene, dentro de tres meses o quizá el próximo año, pero llegará el día en que estarás cenando con algún familiar o amigo tuyo el cual te explicará que hace poco tiempo compró un coche de importación a un compraventa de tu ciudad y que acaba de enterarse que el cuentakilómetros del coche está manipulado pues le han ‘desaparecido’ 100.000 kilómetros. Luego te dirá que se siente estafado y que está desesperado pues no sabe cómo solucionar este problema. Finalmente te dirá que hubiera dado lo que fuese para que alguien le hubiese advertido sobre la clase de compraventas que desde hace años infestan España. Obviamente te lo quedarás mirando y callarás sin saber qué decirle pues en ese instante recordarás que hace algún tiempo leíste una novela que trataba precisamente de este deplorable tema. Y yo te pregunto: ¿Vas a hacer algo para impedir que esto acabe ocurriendo? Tú decides. Ahora ya puedes cerrar esta página web y olvidarte de mí y de este Blog, no obstante, gracias por haberme dedicado unos valiosos minutos de tu vida. Tal vez un día descubras que no fue una pérdida de tiempo. Mientras tanto, permíteme estar unos días “desconectado” de todos vosotros… Últimamente he tenido algo abandonada a mi adorable esposa por culpa del tiempo que he estado dedicando a mi novela, corrijo, a vuestra novela. Hasta pronto. Con aprecio, Max Quake
  17. LHQ. Capítulo 7: Chantaje legal (parte 3) Fue una de las cien mil millones de neuronas que Max tenía en su cerebro la que dio el primer paso. Acto seguido la siguieron el resto a galope tendido, casi como una colosal estampida de neuronas dirigiéndose ferozmente hacia su oponente. Todas ellas se habían preparado concienzudamente durante cinco largas semanas para ese preciso momento y ninguna de ellas iba a decepcionar a su creador. Max empezó diciendo: - Oye Swindler, ¿Tú tienes la conciencia tranquila?, ¿Estás orgulloso de lo que le has hecho a Tiny?, ¿Si lo que tú les estás haciendo a tus clientes se lo hiciese alguien a tu hermana lo aprobarías?, Me refiero a que algún individuo engañase a tu hermana para poder robarle 6.000 Euros. Swindler no le contestó. Max continuó diciendo: - Te voy a poner un ejemplo. Supongamos que tu hermana va a una joyería y se compra un collar de diamantes por valor de 7.000 Euros. Luego, al cabo de cuatro meses, se le rompe el cierre del collar y va a otra joyería a que se lo arreglen. El joyero la llama al día siguiente y le dice que ese collar no es de diamantes sino de circonitas y que no vale más de 1.000 Euros. Conociéndote como te conozco seguramente irías en persona a ver al primer joyero para felicitarlo por habérsela metido a tu hermana hasta el fondo y sin enterarse, ¿No es cierto? Swindler siguió sin contestar. Max continuó diciendo: - Mira Swindler, te voy a explicar con pelos y señales cómo veo yo esta situación y mientras lo hago te agradecería que te mantuvieses callado. Soy consciente que te va a resultar muy duro oír lo que te voy a decir y seguramente querrás callarme pero espero que si en tu interior existe un mínimo de educación sabrás cerrar la boca hasta que yo acabe de hablar. Swindler no dijo nada pero hizo un casi imperceptible movimiento de cabeza que todos interpretaron como un “de acuerdo”. Max continuó: - Vamos a ver. Mis hermanos te acaban de ofrecer un trato que ni en el mejor de tus sueños podrías esperar teniendo en cuenta que tienen un video que demuestra que estás estafando a tus clientes. Obviamente ese video nunca lo presentaremos como prueba en un juicio dado que las grabaciones no autorizadas no se admiten como prueba por haberse conseguido sin autorización y por vulnerar derechos constitucionales. No obstante ese video se lo podemos enseñar a quien nos de la gana como por ejemplo a cualquier cliente que salga de tu local después de interesarse por uno de tus coches. Swindler fue a decir algo pero Max lo paró poniendo el dedo índice de su mano derecha delante de la boca. Luego continuó diciendo: - Recapitulemos. Mis hermanos te han ofrecido devolverte el coche y que tú a cambio les des sólo 30.000 Euros. ¿Cuánto pierdes con esta operación? Ya te contesto yo: Sólo 8.000 Euros si dentro de pocas semanas vuelves a vender el coche de mi hermano por 22.000 Euros a algún pobre desgraciado. Pero claro, como estás acostumbrado a que cuando le robas a alguien 6.000 Euros nunca le devuelves más de la mitad de esa cantidad te fastidia tener que devolver más dinero del que has estafado, ¿No es eso? Pues mira, ahora mismo te voy a explicar por qué la has pifiado no aceptando de inmediato el trato que te ofrecían mis hermanos. Swindler tenía los ojos como platos. Greko, Zasman y los dos hermanos de Max se habían acercado lentamente hasta situarse justo a la espalda de Max que continuó diciendo: - En primer lugar está el tema legal, ¿Tú sabes cómo castiga la legislación Española el delito de estafa? Swindler no contestó así que Max continuó diciendo: - Con penas de hasta ocho años de cárcel; pero claro, tú lo tienes todo muy bien estudiado y sabes que para que nosotros podamos demostrar que has estafado a mi hermano necesitamos demostrar que tú sabías que el coche que le estabas vendiendo tenía más kilómetros de los reales y que aún así se lo vendiste a un precio mucho más elevado para enriquecerte a costa de engañarlo. Esa es la única razón por la cual hace un mes no quisiste enseñarle a Tiny el contrato de compraventa escrito en alemán donde seguro que aparecen reflejados los 200.000 kilómetros con los que compraste ese coche. Swindler seguía mudo. Max continuó diciendo: - Y claro, si cualquiera de tus clientes te exije ver ese contrato escrito en alemán tú nunca se lo enseñas porque no sólo se te caería la cara de vergüenza sino que además le estarías mostrando la prueba que le permitiría denunciarte por estafa. Mira, yo no se como va a acabar el asunto de mi hermano contigo pero te aseguro que como me toques mucho las narices voy a ir al banco a sacar 5.000 Euros que entregaré en concepto de provisión de fondos al mejor bufet de abogados que exista en Alemania para que remuevan cielo y tierra hasta que encuentren el puñetero concesionario alemán donde tú compraste el coche de mi hermano. Después pediré que se realice una traducción legal al castellano de la otra copia del contrato que está en ese concesionario y donde seguro aparece tu nombre y tu firma y una vez tenga en mi poder esa traducción legal y ya en castellano me voy a ir con mi abogado directamente al juzgado para denunciarte por estafa y créeme amigo, dentro de dos años cuando un juez te declare culpable de estafa te preguntarás por que no me hiciste caso el día que me conociste. Swindler no sólo estaba mudo, ahora también estaba pálido. Max continuó diciendo: - Es más, aunque nosotros no tuviésemos ese video o incluso aunque no hubieses confesado a Tiny que tú sabías lo de la manipulación del cuentakilómetros también tendías un buen problema con la justicia pues te podríamos denunciar por delito de encubrimiento o de receptación. Swindler cerró ligeramente los ojos y frunció el ceño. Max interpretó que Swindler no sabía qué era eso del encubrimiento o la receptación y por tanto le dijo: - Veo que no tienes ni idea de lo que te estoy hablando. Te lo voy a resumir en una frase: Si un compraventa en España, y ante un más que probable delito de manipulación del cuentakilómetros de algún coche que haya vendido, se niega a decirle a un juez el nombre del concesionario alemán donde ha comprado ese coche o se niega a entregarle a un juez el original del contrato escrito en alemán que demuestra esa transacción comercial entonces ese compraventa podría ser acusado de cometer delito de encubrimiento o delito de receptación y según la gravedad del caso ese compraventa podría acabar entre rejas. Es más, aunque el compraventa alegase que ha perdido ese contrato escrito en alemán o que se lo robaron o que se quemó en un incendio o lo que le diese la gana el juez no se lo creería y le pediría cada puñetero papel que tuviese el compraventa en su local para poder echarle un vistazo. ¿Lo has entendido o quieres que te lo repita más poco a poco? Tiny, Half, Greko y Zasman continuaban de pie tras la espalda de Max. Los cuatro tenían la boca abierta y se limitaban a mover los ojos una y otra vez desde el cogote de Max hasta la cara de espanto de Swindler y de ahí de nuevo al cogote de Max. Tiny y Half no entendían lo que estaba sucediendo pues Max les había dicho que no quería intervenir en la negociación. Evidentemente les había mentido. Lo que no sabían era por que razón. Max continuó diciendo: - Verás: Mi hermano pequeño te compró un Audi A4 porque es el coche de sus sueños y sus sueños tú los has convertido en pesadillas. Y créeme, no me cabrea que ganes 6.000 Euros por cada coche que vendas en este local siempre y cuando el coche que vendas no tenga el cuentakilómetros trucado. Por mí como si ganas 15.000 Euros con cada coche. Lo que me cabrea de verdad es que los ganes engañando a tus clientes haciéndoles creer que están comprando un coche de fabuloso cuando en realidad les estás vendiendo una auténtica porquería. Max se quedó mirando a Swindler como retándolo a que se atreviese a contestarle. Swindler hizo lo mejor que podía hacer, callarse. Max continuó: - Y no creas que no sé como trabajáis los vendedores de coches de importación aquí en España. Me he pasado las últimas semanas leyendo otros casos de trucaje de cuentakilómetros de coches y según parece a todos vosotros os debió parir la misma burra porque hacéis todos exactamente lo mismo: Localizáis un coche en Alemania que esté en buen estado pero cargado de kilómetros, lo compráis por cuatro duros y os lo traéis a España, hacéis que alguien manipule el cuentakilómetros para dejarlo en menos de 80.000 kilómetros y luego esperáis a que algún pobre desgraciado con ganas de comprarse un buen coche Alemán y a buen precio pique en vuestro anzuelo al creer que le estáis vendiendo la oportunidad de su vida. Luego, si el propietario del coche se entera del chanchullo del cuentakilómetros y os pide explicaciones primero os hacéis el loco y finalmente, si no queda más remedio, le ofrecéis entre 1.500 y 3.000 Euros para que se quede con el coche y con la boca cerrada. Pues amigo, mi hermano creía que estaba comprándote un coche que tenía 70.000 kilómetros cuando en realidad tenía 200.000 y ni por todo el oro del mundo pienses que nos vamos a quedar con ese coche. A otros les taparás la boca con unos pocos miles de Euros para que se queden con el coche y así tú no tener que comerte un marrón. Nosotros te vamos a devolver el coche aunque sea estrellándolo contra el aparador de tu local. Max había reflexionado mucho durante las semanas anteriores y no entendía por que había clientes que ante esta situación se dejaban sobornar por el compraventa aceptando unos pocos miles de Euros para que se quedasen con el coche; un coche que no era el que realmente creían haber comprado; un coche que con la cantidad de kilómetros reales que tenía seguramente se convertiría en un pozo sin fondo de dinero gastado en costosas reparaciones mecánicas durante los siguientes años; un coche que si por cualquier motivo se lo querían vender al cabo de uno, dos o tres años tendían un verdadero problema porque, o tendrían que engañar ellos mismos al futuro comprador ocultando el problema del kilometraje y arriesgarse a que si el nuevo propietario se enteraba les denunciase por estafa, o tendrían que dar al cliente interesado en su coche unas comprometidas explicaciones y esperar que el cliente no saliese corriendo para no mezclarse con temas tan peliagudos. Max, después de mucho meditar en su casa, estaba convencido que lo mejor que podía hacer cualquier persona que descubría que el cuentakilómetros de su coche había sido manipulado era ir primero al compraventa a exigirle la devolución inmediata del importe pagado por el coche y si el compraventa se negaba entonces conseguir un certificado de kilómetros reales del coche y luego contratar a un abogado para denunciar al compraventa por negarse a realizar la resolución del contrato ante un flagrante incumplimiento del mismo. Al fin y al cabo la nueva Ley de Garantías en la Venta de Bienes de Consumo que estaba vigente en España desde el 2003 ponía las cosas mucho más fáciles en los casos de disconformidad entre cliente y vendedor. Si el cliente denunciaba por lo civil al compraventa ya sería la justicia la que al cabo de uno o dos años obligaría al vendedor a devolverle al cliente el importe pagado por el coche y a pagar las costas del abogado. Mientras tanto el cliente podría seguir conduciendo el coche hasta que el juzgado dictase la sentencia contra el compraventa. Max pensó en la siguiente frase que tenía memorizada y continuó diciendo: - Mira Swindler, como ya sabes, el coche de Tiny ya ha tenido que pasar por el taller para que le cambiasen un par de cosas que estaban en muy mal estado y que impedían conducir el coche con un mínimo de seguridad. En menos de seis meses Tiny ya se ha gastado 1.250 Euros en reparaciones y todo porque le vendiste una porquería de coche así que cuando vengamos dentro de siete días no quiero que nos entregues un cheque por valor de 30.000 Euros, ahora quiero que cuando volvamos tengas preparado un cheque por valor de 31.250 Euros. ¿Te ha quedado claro? En cuanto Swindler hizo la intención de contestar Max introdujo su mano derecha en la parte interior de su americana y sacó un grupo de hojas de papel dobladas verticalmente y las depositó encima de la mesa de Swindler. Inmediatamente Max continuó diciendo: - Y otra cosa: Ahora tienes a un cliente realmente cabreado que soy yo. Si dentro de siete días no le entregas a mi hermano un cheque por valor de 31.250 Euros vas a tener a otros seis clientes cabreados contigo así que vete pensando donde vas a esconder tu cabeza. Swindler sólo pudo observar el grupo de hojas durante un segundo porque Max volvió a la carga: - También hay otra cosa que me cabrea muchísimo y es que la mitad de nuestra familia sabe que nos has estafado pero en cambio estoy seguro que tus familiares no saben que entre sus miembros hay alguien que se dedica a engañar y a robar miles de euros al prójimo en beneficio propio. Pues amigo, tan seguro como que mañana saldrá el sol que yo personalmente voy a poner remedio a eso y te lo advierto: La próxima vez que se te ocurra robar a alguien primero asegúrate de que no sea a nadie de mi familia porque entonces volveré a este local y me verás realmente enfurecido. El cerebro de Swindler se había bloqueado. Su cuerpo estaba totalmente rígido. Cuando parecía que la conversación tocaba a su fin Max colocó sobre la mesa de Swindler su maletín de piel, lo abrió, sacó un tremendo bloc de folios impresos y con las dos manos lo dejó caer con fuerza encima de la mesa. Acto seguido le dijo a Swindler mirándolo a los ojos: - Este sábado quería dedicarlo a repartir estos 506 folios por toda la ciudad empezando por colocar los primeros 500 en los parabrisas de todos los coches que estuviesen a menos de medio kilómetro de este local. Los otros 6 se los quería entregar en mano a 6 conductores muy especiales. El problema es que me ha surgido un compromiso para este sábado y no podré hacerlo, ¿Te importaría echarme una mano y hacerlo tú por mí? Swindler hizo la intención de empezar a leer lo que ponía en el primero de los 506 folios cuando Max se giró y dijo en voz alta dirigiéndose a los cuatro hombres que hasta ese momento habían estado a su espalda: - Venga, vayámonos de aquí que me estoy empezando a cabrear. A sus dos hermanos y a los dos miembros del foro “ASI” les costó reaccionar ante esa petición de Max. Finalmente dieron media vuelta y empezaron a caminar hacia la salida. Cuando Max ya estaba a dos metros de la mesa se giró de nuevo para mirar a Swindler y le dijo: - Casi me olvido. Si finalmente aceptas el trato y te devolvemos el coche la semana que viene ni se te ocurra volver a vendérselo a otra persona sin antes decirle que ese coche tiene realmente 200.000 kilómetros porque ten por seguro que dentro de cinco meses yo personalmente iré a tráfico a que me digan el nombre y la dirección del nuevo propietario del coche y le haré una visita para enseñarle un video muy interesante. ¿Queda claro? Swindler tampoco le contestó en esta ocasión. Se limitó a mirar a Max con cara de odio hasta que Max se dio la vuelta para dirigirse a la puerta de salida del local. Swindler por fin pudo volver a poner en funcionamiento su cerebro y se sentó en la silla para leer lo que ponía en el enorme bloc de folios que Max le había dejado sobre la mesa. Pocos segundos después Half cruzó la puerta de salida del local. Tras él le siguieron Greko, Zasman y Tiny. Cuando Max llegó a la puerta se giró hacia Swindler y gritó: - ¡Swindler! El compraventa se estremeció al oír que alguien gritaba su nombre y miró en dirección a la puerta. Con el dedo índice apuntándolo directamente a la cara Max le gritó: - ¡Quizá un día descubras que tú y todos los de tu especie os habéis extinguido! ¡Siete días! ¡Ni uno más! Swindler se volvió a quedar paralizado. Luego vio como Max salía del local y se reunía con los otros cuatro hombres para finalmente alejarse todos juntos calle abajo. Swindler volvió a mirar hacia la mesa y cogió el primero de los folios del tremendo bloc de hojas. En la parte frontal estaba impreso lo que parecía un mensaje que Max Quake había puesto en un foro de Internet. El mensaje hablaba de la creación de una mini-novela sobre el tema de las estafas que se comenten en España al vender coches de importación con el cuentakilómetros trucado. Swindler dio la vuelta al folio y leyó lo que en grandes letras ponía: ######################### ¿Tu coche es de Importación? ¿Estás seguro que no te han estafado? ¡A mi hermano el compraventa que está en la calle Los Indeseables nº 123 le vendió un coche asegurándole que tenía menos de 70.000 kilómetros cuando en realidad hemos descubierto que tiene casi 200.000 kilómetros! Si quieres saber si te han estafado te aconsejo que visites en Internet la página web que hay impresa al otro lado de esta hoja. ######################### Swindler miró el resto de folios y vio que todos eran idénticos al que tenía entre sus manos. En ese momento se aterrorizó pues si esos folios hubiesen acabado colocados en el parabrisas de los coches de su barrio, o peor aún, en el parabrisas de los coches de importación de toda su ciudad en vez de sobre su mesa hubiera sido el final inmediato de su carrera como compraventa de coches y con seguridad más de uno de sus antiguos clientes hubiera acabado viniendo al local a pedirle explicaciones. Swindler se sentía colérico y estremecido al mismo tiempo. Cuando Swindler se hubo calmado cogió entre sus manos el pequeño grupo de hojas que Max también había dejado sobre su mesa. Empezó mirando la información que había en la primera hoja, luego en la segunda, en la tercera… Swindler reconoció los nombres que aparecían en esas hojas: ¡Eran los últimos seis clientes a los que él había vendido un coche de importación! Swindler estaba como loco, ¡A todos ellos les acababa de vender un coche con el cuentakilómetros trucado! Swindler se preguntaba cómo era posible que Max hubiera conseguido las matrículas, los nombres y los datos de contacto de todos esos clientes. Swindler pasó de hoja y llegó a la séptima comprobando que era diferente a las anteriores. Dicha hoja contenía el Historial de Reparaciones completo del coche de Tiny impreso por un Concesionario Oficial Audi de la ciudad. Swindler estaba alucinando. ¿Cómo narices había conseguido Max que alguien le imprimiese ese Historial de Reparaciones si por norma la empresa Volkswagen Audi España SA negaba categóricamente y por escrito el tener acceso a esa información de los coches de importación y ninguno de sus concesionarios oficiales querían ni estaban autorizados a imprimirla y menos a entregarla a un cliente? Era increíble que tuviera delante de sus ojos el Historial de Reparaciones completo del coche que había vendido a Tiny hacía varios meses. ¡Con sólo esa hoja de papel Max ya podía denunciarlo por incumplimiento de contrato! Cuando Swindler finalmente vio la última hoja comprobó que también era diferente al resto. En ella no aparecían nombres de clientes ni datos de vehículos, en esa última hoja sólo aparecían tres números de teléfono. Tres números de teléfono fijo que le sonaban mucho, ¡Eran los números de teléfono del domicilio de sus padres, del de su hermana y del de su cuñada! ¡¿Cómo puñetas había conseguido Max esos tres números de teléfono?! ¡Nadie en su familia sabía que él se dedicaba a estafar a sus clientes y si algún día se llegaban a enterar de las fechorías que realizaba en su local iba a ser un tremendo y absoluto drama familiar! ¡Max lo tenía cogido por los huevos! Medio tembloroso dejó las hojas de papel sobre la mesa y volvió a coger uno de los 506 folios que Max le había dejado sobre la mesa y observó la dirección web donde se suponía que Max había puesto el mensaje sobre lo de la creación de una mini-novela. Swindler se giró hacia su ordenador de sobremesa, inició el Internet Explorer y tecleó la dirección web que ponía en el folio. Al cabo de cinco segundos apareció ante sus ojos el mismo mensaje que tenía impreso en el folio que sujetaba con la mano izquierda. Soltó el folio y durante veinte minutos estuvo leyendo todos los capítulos que Max Quake había puesto en un foro de Internet dedicado a los entusiastas de los vehículos de la marca Audi. Finalmente exclamó con un grito aterrador: - ¡El hijo **** lo ha puesto todo en Internet! ¡TODO! Con el pulso a mil por hora Swindler imploró que ocurriese un milagro para que acabase de inmediato esa tortura. Un milagro que le salvase de volverse loco. Y el milagro ocurrió. Hacía muchos meses que no se iba la luz en su local y fue justo cuando estaba a punto de estallarle la cabeza cuando de golpe se fue la luz en todo el barrio. El local se quedó completamente a oscuras. Un silencio sepulcral se apoderó de toda la estancia. Swindler apenas se atrevía a respirar y mucho menos a moverse. Acto seguido empezó a temblar como una hoja a merced de un fuerte vendaval. Estuvo así varios minutos pensando en como parar lo que se le estaba viniendo encima. Finalmente, y ante tanta presión, se puso a llorar como un niño de corta edad. A cuatro kilómetros de allí los cinco hombres ya habían llegado al otro lado de la ciudad. Los dos hermanos de Max y los dos participantes del foro “ASI” aún estaban alucinando de lo que Max había dicho a Swindler. Los cuatro seguían preguntando cosas a Max y éste las iba contestando hasta que finalmente Max les dijo: - Amigos, estoy agotado. Si vosotros queréis podemos quedar este sábado para comer juntos en algún restaurante y con la cabeza más clara os explico lo que queráis, ¿De acuerdo? Todos contestaron afirmativamente. Max cerró los ojos y mientras Half conducía pudo descansar un buen rato. Se lo tenía bien merecido. Swindler se hallaba estirado boca arriba en la cama de su dormitorio. A su lado estaba su mujer que como siempre tenía la fea costumbre de roncar como un camionero cabreado mientras dormía. Ese hecho no era la razón por la cual a Swindler le estaba siendo imposible conciliar el sueño esa noche. Se giró hacia la mesita que tenía a un lado y observó la hora que mostraba el despertador: 03:17. Llevaba casi cuatro horas reflexionando sobre lo que había pasado esa misma tarde en su local. Hacía tres años que vendía coches de importación y nunca ningún cliente cabreado al descubrir el chanchullo del cuentakilómetros le había impedido dormir por la noche. Swindler era ateo y por tanto no creía en Dios y menos en el Demonio. Quizás era esa la razón por la cual estafaba a sus clientes tan ricamente: Se pasaba el séptimo mandamiento por el forro de las pelotas. Así era Swindler. No obstante, esa noche, y antes de conseguir finalmente conciliar el sueño, Swindler abrió los ojos, miró hacia el negro techo de su habitación y pronunció en voz baja, casi como un susurro, algo que le salió del alma: “Dios mío apiádate de mí”. Swindler por primera vez en su vida creyó en la existencia de Dios pues esa misma tarde en su local estaba convencido de haber conocido al mismísimo Lucifer en persona. Y Lucifer tenía apellido; un apellido que Swindler jamás olvidaría; un apellido de sólo cinco letras y cuya traducción del inglés daba a entender de lo que era capaz de provocar: QUAKE. Publicado por Max Quake
  18. Yo tengo este juguete con el que salgo con los del supermotard club de barcelona:
  19. josebdx2002

    Novato busca golf

    Je Je otro de sant feliu.
  20. F E L I C I D A D E S ! ! ! ! ! ! !
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