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Una historia de amor (novela por entregas)


Thetrooper

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Capítulo 8: Un corazón roto.

 

Las últimas semana habían sido un tanto frenéticas para mí. Ahora dejaba de ser oficialmente "soltero con novia", para estar "formalmente prometido". Aunque la boda sería el año próximo, los preparativos se pusieron en marcha, a mi chica no le gustaba dejar nada para última hora. Yo por mi parte preparé el viaje de nuestras vacaciones, sería a Girona, a la concentración del American Car club, del que era socio. También me hice socio del Mustang Club de España, con todo el orgullo de ser el único propietario de un GT500KR en España, no una réplica construída sobre base Mustang. Lo más emotivo fue la carta que me llegó desde Estados Unidos, envié una carta con toda la documentación para registrar mi Shelby en el registro oficial de clásicos de la propia Shelby American. Cuando me registraron, me enviaron una carta confirmando la autenticidad de mi coche, pero lo mas bonito fue una carta escrita de puño y letra por el propio Carroll Shelby agradeciendo mi trabajo por recuperar aquel coche y devolverlo a la vida. Estaba fechada un mes antes de fallecer el propio Carroll.

Era un miércoles de finales de junio, el día de mi cumpleaños y aquella semana era la última antes de las vacaciones. Mientras me afeitaba, Rebeca me abrazó desde atrás para felicitarme, después salí para el trabajo. Al llegar al despacho me encontré con una caja forrada en papel de regalo azul sobre la mesa. Había un sobre encima de la caja, al abrirlo me encontré un nota manuscrita:

 

¡Feliz cumpleaños Juan!

Espero que te guste el regalo. Un beso.

Alba

 

Abrí con cuidado aquella caja, había acertado, el regalo era perfecto, una maqueta de escala 1:18 de un Shelby GT500KR de 1968, exacto al mío. Una maqueta más para mi colección, y ya iban unas 43...

Le agradecí el regalo por Whatsapp, y miré aquel pequeño marco con la foto de mi chica y el McLaren en Marbella, eramos unos críos de 20 años, y ahora íbamos a ser marido y mujer.

Al llegar a casa me encontré el BMW X5 de mis padres aparcado delante de la puerta, abrí el portal para dirigirme al garaje, antes de entrar salieron mis padres y Rebeca a recibirme. Mi padre se quedó observando mi Shelby, aún no lo había visto terminado, le gustó. Tras cenar les dije que iba a guardar el coche en el garaje, mis padres y Rebeca decidieron acompañarme. Al entrar en él vi un bulto envuelto con una tela de color marrón. Entonces mi padre empezó a hablar:

- feliz cumpleaños.

- Gracias papá.

- Este es mi regalo, es algo con lo que siempre soñaste.

- Ya tengo el Shelby...

- No. verás, cuando te licenciaste, no pudimos regalarte lo que querías, y te conformaste con el Ritmo, no querías que lo desguazase...

Empecé a recordar, por aquel entonces mi padre había fundado su empresa, arriesgó todo su patrimonio, aunque al final la jugada le salió bien, ahora su empresa era mas que rentable, y su fama en el mercado también. Por suerte, no le faltaba trabajo.

- Eso da igual, me conformaría hasta con una camiseta. No teníais que regalarme nada...

- Bueno, ¿no vas a descubrir lo que es? Dijo eso dándome una palmada en la espalda. Me acerqué a aquel bulto, saqué la tela que lo cubría, y vi algo por lo que suspiré durante mucho tiempo. Era una moto, pero no una cualquiera, era una Norton Commando 961, versión "Café Racer", en color gris "Manx" con los detalles pintados en negro y rojo, el guardabarros delantero en carbono... era preciosa. Me giré emocionado. Aunque mi padre no era muy aficionado, si hablábamos de motos siempre acabábamos discutiendo de motos antiguas inglesas, Triumph, Norton, BSA... nos encantaban.

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- Gracias, es preciosa

- De nada, te la debíamos. La encargamos el año pasado, pero como las construyen a mano, pues tardan un poco más, ya sabes jajaja.

Mi chica llegó con una caja envuelta en papel de regalo rojo, su regalo era un casco a juego, negro con una bandera inglesa recorriendo longitudinalmente la forma del casco.

- Sabes que no me gusta ir moto, ni que vayas tú haciendo el loco, así que pórtate bien. Dijo ella.

- No te preocupes, esta solo tiene un asiento.

- Mejor. ¿No vas a probarla?

Asentí y fui al armario del dormitorio, encontré mi vieja cazadora de cuero de motero y mis botas de caña. No pude evitar recordar mi antigua moto, una Honda Black Widow, que vendí hacía tres años a mi amigo Iago para mantener el Ritmo. Bajé al garaje, me apreté el casco y arranqué la moto. Aquel bicilíndrico de 961 centímetros cúbicos y ochenta caballos emitía un sonido especial, muy propio, con personalidad, sin ser el aullido de las deportivas, ni el ronroneo de una Harley-Davidson, o una imitación del mismo como lo era el de la Black Widow. En mi cabeza no dejaba de sonar el "Rule Britannia" mientras daba ligeros toques de puño al acelerador antes de salir a dar una vuelta al vecindario en ella.

[video=youtube;25zynTTl-sU]http://www.youtube.com/watch?v=25zynTTl-sU

Salí del garaje con cuidado, giré a la derecha y empecé a acelerar, corría como una bestia aquella moto, como el Shelby era preciosa sin ser la moto mas rápida del mundo. Ahora tenía un juguete para las curvas y otro para las rectas. Mientras rodaba con mi Norton, me parecía ser un rocker que salía del Ace Café de Londres en busca de mods con sus Vespas y Lambrettas dispuesto a darles una paliza, como si yo fuese un personaje de la película "Quadrophenia". Volví a casa. me bajé de la moto con una sonrisa enorme y volví a agradecer a mis padres aquel regalo.

Llegaron las vacaciones y el segundo fin de semana julio madrugamos y pusimos rumbo a Girona, con el ronroneo de mi V8 de fondo. mantenía asombrosamente bien los cruceros en autopista. Llegamos a la concentración y aquello para mí era un paraíso: Cadillac Eldorado, Fleetwood y Lincoln Continental de varios años, una legión de Mustang, varios modelos diferentes y de años distintos de Ford, un Buick Riviera de 1971, varios Buick Park Avenue, Dodge Charger de 1968, varios Challenger, un Plymouth 'Cuda, un Dodge Polara, varias Dodge Ram, varios Camaro en distintas versiones y de años diferentes, algún Corvette, Pontiac Firebird y Trans-Am, hasta un Camión Peterbilt 351 y un Impala que fue de la policía estatal de Texas... Mientras a mi se me iban los ojos a los "muscle cars", mi chica suspiraba por un Cadillac Eldorado Biarritz de 1959 rosa, que entró al recinto de la concentración a nuestro par. Empezó a sonar la canción más adecuada para esa situación: Detroit Steel de V8 Wankers.

[video=youtube;OiuF-M4n1Nw]http://www.youtube.com/watch?v=OiuF-M4n1Nw

Mi puesto estaba al lado de un Shelby GT500 de 2010 de una chica de Bremen llamada Daniela pero a mi izquierda aparcó un AC Shelby Cobra rojo con bandas blancas y matrícula inglesa. La mayoría de los coches vino de Alemania o Reino Unido. Su propietario era un señor de unos 60 años, tenía una melena blanquecina pero que aún mantenía algo de tonalidad rubia. Se giró y no me podía creer quien era, era K.K. Downing, el antiguo guitarrista de mi grupo favorito, Judas Priest y gran fan de los coches clásicos.

KK+Downing+y1pyetMB0DTXRD2LiZEDhw1tGiAvvi.jpg

Se acercó a mi coche, lo miró y me dijo con un cerrado acento inglés:

- Disculpa hijo, ¿es un KR auténtico?

- Sí.

- ¿Puedo ver su motor?

- claro, dije mientras abría el capó, el lo observó detenidamente, buscando la chapa identificativa del número de serie.

- muy bueno, pensé que era una réplica. Me llamo Kenneth Downing.

- Lo conozco, soy un gran admirador suyo, lo ví en directo con Judas priest.

- ahh, un fan. Gracias

La concentración duró tres días, el último, el señor Downing se despidió de mi:

- Amigo Juan, si un día vienes a Londres, tienes allí un amigo, te enseñaré mi colección.

Le pedí sacarme una foto con él y nos despedimos con un apretón de manos. Volvíamos a casa con buenos recuerdos, unos cuantos amigos más en facebook y direcciones de e-mail y yo con una palmada en el culo que me dio Daniela, quien no debió de entender que aquella chica que iba conmigo era mi prometida.

El viaje de vuelta iba de maravilla, pero a unos 20 kilómetros de casa empecé a notar un intenso olor a aceite quemado, el testigo de la temperatura se disparó y vi que me quedaba sin presión de aceite. Paré, pero fue inevitable, una humareda blanca empezó a salir por las rendijas del capó. Me bajé y abrí el capó, la nube de humo y el olor se hicieron más intensos. Un charco de agua y aceite en el suelo eran el signo del desangramiento del corazón del Rey de la Carretera. Empecé a llorar. Una grúa llevó el coche a casa, en el garaje no podía dejar de mirarlo, el sueño de mi vida hecho trizas, un gripado de motor propio de una enciclopedia. Ella intentó consolarme, en el fondo le tenía cariño al Shelby. No podía dormir, así que decidí repasar el correo llegado el viernes. Nada extraño hasta que encontré una carta cuyo remitente era un Código Postal. Mi costumbre, aunque se tratase de publicidad era abrir todo el correo y mirarlo. Era un recorte de periódico, su titular era "Grave accidente de tráfico. Una joven de 27 años herida de gravedad". Salía una foto del coche destrozado de Rebeca y del coche que la golpeó, un Mercedes Clase E. Según la noticia, varios testigos afirmaron que el Mercedes aceleró buscando impactar contra ella. Pero con la noticia, venía una nota impresa en letra Times New Roman, al leerla casi me dio un infarto:

 

Con ella fallé, pero contigo no. Acabaré contigo como acabaste tu conmigo, bastardo. Estás sentenciado.

 

Empecé a atar cabos, un Clase E, esa nota, tenía mis sospechas sobre el autor, pero aún no podía condenar a nadie, y recordando a mi profesor de Derecho Procesal Penal, "las sospechas no condenan a nadie, las pruebas sí" y yo aún no tenía pruebas.

Cuando todo parece ir bien, un golpe te derriba.

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Siento comunicaros, que el próximo capítulo saldrá dentro de bastante tiempo, pasado enero seguramente, por culpa de los exámenes y esas cosas. Gracias a todos por leer la historia y por vuestros comentarios.

 

Tu tranquilo, si el mundo no se acaba el viernes aquí seguiremos expectantes.

Disfruta de la navidades y Feliz Año Nuevo!!

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  • 2 semanas atrás...

Buenas!

 

Voy por el capitulo 4 ya que no puedo leer mas de un capitulo seguid...

Una pregunta, igual es un poco tonta pero Es una historia real??????????

Vivo cerca muy cerca de ese desguace y voy a menudo y si la historia es real estoy apunto de pegarme un tiro!!!!

Se me acelera el corazón cada vez que pienso en ese coche, es el coche de mis sueños, lo tengo en mi cabeza continuamente, me entra ansiedad cada vez que leo un capitulo por eso no puedo leer más...Estas narrando mi sueño, hasta mi novia es de Mugardos...Una vez vi uno y me tire 20km detras de el hasta que el coche de delante del se aparto y no le pude seguir el ritmo(nunca force el coche mas que aquel día pero los 50cv del corsa no dan pa mucho...)

Aquí la única prueba que tengo

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Si no es real evitaras que me pase toda mi vida arrepintiéndome de no haberme enterado de que tenia ese coche al lado y si es real...Puff por lo menos déjame ir un día a escuchar el motor, no te pido que me dejes probarlo que entonces no me sacas del asiento ni con palanca pero escucharlo y sentir el suelo vibrar bajo mis pies..

Creo que sobra decir que me encanta la historia!

 

Esos si que son coches....

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Buenas!

 

Voy por el capitulo 4 ya que no puedo leer mas de un capitulo seguid...

Una pregunta, igual es un poco tonta pero Es una historia real??????????

Vivo cerca muy cerca de ese desguace y voy a menudo y si la historia es real estoy apunto de pegarme un tiro!!!!

Se me acelera el corazón cada vez que pienso en ese coche, es el coche de mis sueños, lo tengo en mi cabeza continuamente, me entra ansiedad cada vez que leo un capitulo por eso no puedo leer más...Estas narrando mi sueño, hasta mi novia es de Mugardos...Una vez vi uno y me tire 20km detras de el hasta que el coche de delante del se aparto y no le pude seguir el ritmo(nunca force el coche mas que aquel día pero los 50cv del corsa no dan pa mucho...)

Aquí la única prueba que tengo

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Si no es real evitaras que me pase toda mi vida arrepintiéndome de no haberme enterado de que tenia ese coche al lado y si es real...Puff por lo menos déjame ir un día a escuchar el motor, no te pido que me dejes probarlo que entonces no me sacas del asiento ni con palanca pero escucharlo y sentir el suelo vibrar bajo mis pies..

Creo que sobra decir que me encanta la historia!

 

Esos si que son coches....

No, es inventada, ojalá tuviese un Shelby GT500KR. No veo muy bien las fotos, pero el coche que sale no es un Shelby, al menos del 67/68, si era Shelby sería anterior (más cotizados aún) en torno al 65, o un Mustang de esas épocas.

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  • 2 semanas atrás...

Capítulo 9: El retorno del Rey.

 

Tras aquel gripado de motor, decidí sacarlo del coche. No había ninguna visión más dolorosa para mí que levantar el capó y ver aquel hueco vacío. Consultando en internet, la propia Shelby tenía un servicio de restauración de motores clásicos, me confirmaron que el viejo corazón del Rey de la Carretera podía arreglarse. El precio era bastante competitivo y me me animé a introducir una serie de mejoras que alargarían su vida. Contraté la restauración y actualización. Instalarían un encendido electrónico, cambiaría el orden del encendido, las muñequillas del cigüeñal y el cigüeñal para aprovechar las pulsaciones ondulatorias, nuevas bombas de aceite y gasolina y un sistema de refrigeración mejorado. También encargué un autoblocante, para poder dominar los -ahora sí- quinientos caballos percherones de mi máquina.

Para desquitarme, solía calzarme el mono de cuero y dar unos largos paseos a ritmo alegre en mi Norton. Una tarde de invierno, noté que un coche negro iba bastante cerca de mi, apenas podía verlo, pero podía sentir su sonido. En una curva el coche se acercó aún más, y noté como tocaba la rueda trasera de mi moto. Nada pude hacer por mantener el control, mientras caía y rodaba por el asfalto, oí cómo aquel coche aceleraba para alejarse del lugar del accidente con rapidez. Mientras estaba tumbado en el suelo, pude ver como mi querida Norton se deslizaba soltando chispas, chocaba contra un árbol y empezaba a arder. Quería levantarme, pero un inmenso dolor de cabeza y un pitido en los oídos me lo impedía. Unos chicos vinieron corriendo hacia mí, eran conocidos, los del Hyundai V6 del polígono. Llamaron a una ambulancia, uno cogió mi móvil y llamó al primer número que apareció, que debía ser el de mi novia. Los sanitarios dijeron que estaba bien, que no tenía nada grave, y los chicos, muy atentos estuvieron conmigo todo el rato, aún se acordaban de mí y no precisamente para mal. Dijeron que el coche que me golpeó tenía matrícula extranjera, con "unas letras mazo raras, sabes". Me dijeron que si sentía algún mareo o dolor de cabeza me dirigiese rápidamente al hospital. Sólo quería ver los restos carbonizados de mi moto, mi juguete, la había perdido tan pronto que casi no me dio tiempo a disfrutarla, no pude evitar llorar, pero por lo menos seguía vivo, aunque no creía que fuera durante mucho más tiempo, estaba seguro que quien me tiró de la moto, era la misma persona que estaba detrás de las amenazas, que cada vez eran mas frecuentes e inquietantes, aquellas llamadas de teléfono en las que sólo se oía una respiración muy profunda no eran precisamente cómodas. Mi humor estaba cambiando, a peor, desconfiaba de todo el mundo, todo el mundo estaba contra mí, en ese momento no tenía amigos, toda la gente que me rodeaba, sin excepción, buscaba mi ruina.

El invierno fue entrando cada vez más, y lo único que recuerdo con alegría de esa época fue una tarde que pasé con mi chica en la nieve, lanzándonos bolas, jugando a hacer ángeles de nieve, parecía una escena de "Love Story" aunque no era en Nueva York, si no en Galicia. Y después vino la Navidad, se organizó una cena en la empresa, no quería ir, pero la presión que ejerció Alba me acabó convenciendo. La última vez que hable distendidamente con ella fue para felicitarla por su cumpleaños y darle un pequeño regalo, ni siquiera quería hablar con una de las personas a las que consideraba como de mi familia. Para la cena me vino a recoger su novio, a la vuelta de la cena nos recogería Rebeca. La cena transcurrió sin incidentes, salvo cuando empezó a abrirse la barra libre. bebí un whisky tras otro, mientras Alba, que estaba a mi lado me miraba con preocupación. Llegó la hora del cierre, llamamos a Rebeca y nos vino a buscar, con voz etílica insté a Alba a sentarse delante. Ella y Rebeca empezaron a hablar mientras yo, con mi soberana borrachera, cerré los ojos sin quedarme dormido.

- Bueno Rebeca, ¿nerviosa con la boda?

- Sí, hija. No lo sabes tú bien, jajajaja.

- Si necesitas algo, dímelo, te ayudo encantada.

- Te tomo la palabra, cuando vaya a por el vestido, ¿me acompañarías?

- Encantada, eso sí, a cambio me tienes que dejar poner el anillo de compromiso, quiero probármelo jaja.

- Sin problemas. ¿Fue tan desconsiderado que cuándo lo compró no te lo dejó poner? el angelito -por mí- se pasó ¿no? Espero que no hiciera algo que te avergonzase o de lo que tenga que avergonzarse.

- No, se portó bien. Sólo que ha bebido demasiado, Durante la cena estuvo muy callado y reservado, con la cabeza baja. Sé que es meterme donde no me llaman, pero me tiene muy preocupada, lo veo muy abatido, sólo contesta con monosílabos, no sonríe, hasta parece que le molesta que le hablen ¿qué le pasa últimamente?

- Está dormido ¿verdad? Bueno, lo están amenazando de muerte, lo está, bueno, lo estamos pasando realmente mal.

- ¿qué? no me dijo nada...

- No te dijo nada porque él es así, dice que no quiere molestar a nadie con sus problemas, que ya los solucionará el sólo. -Dijo Rebeca con voz temblorosa.- Y lo de la moto, dijo por ahí que cayó, pero lo tiraron. Me da miedo, está pasándolo tan mal porque se cierra en sí mismo. No se si es alguien que quiere tomarle el pelo o no. Pero si es una broma, no tiene ninguna gracia.

-Vaya, si necesitáis algo, aquí estoy.

-Gracias, de corazón.

El viaje, poco más duró, cuando se iba Alba, me despedí, se asustaron al saber que estuve despierto todo el rato.

las desgracias no parecían dejar de sucederse, en febrero fallecía un tío mío, Ricardo. Un hombre que se marchó con 19 años a Suiza y gracias a su esfuerzo, ganó un montón de dinero y se convirtió en un gran empresario. Murió de una larga enfermedad, no quiso decirme nada para no preocuparme, mis padres, obedecieron su deseo de que yo no me enterase hasta el final. Tras su entierro, unos quince días después, su albacea nos llamó, era soltero y legalmente nosotros éramos sus herederos. No me hizo ninguna gracia entrar en su casa sin estar él, me mareaba allí. Su albacea leyó su testamento, a mi madre, su hermana, le dejaba todo su patrimonio, salvo una cuenta bancaria y el coche que estaba en el garaje de su casa que eran para mí. de él heredé yo mi pasión por los coches. Al bajar al garaje, el único coche que había allí estaba cubierto por una funda. Rebeca me ayudó a sacarla, y pude ver una maravilla, era un Nissan GT-R, de color "Nismo gun grey", tenía unas llantas negras, como las del R34 Z-Tune y unos canards en el parachoques delantero hechos en carbono. Abrí la puerta, y sobre el asiento me encontré una carta.

Querido sobrino,

Quiero que me disculpes que no te contase mi enfermedad, no quería que me vieras sufriendo, quiero que recuerdes a tu tío de cuando te llevaba con él a las tandas del Jarama en su 300ZX. Este coche lo compré para que fuesemos tu y yo al Nordschleife. Yo ya no podré ir, pero tú si. Cuando vayas, manda un mail a esta dirección.

Con cariño, Ricardo

PD: mira la guantera, considéralo mi regalo de boda

 

Estaba muy emocionado, la dirección de mail era japonesa. Al mirar la guantera, había una libreta bancaria, al mirar la cifra, casi me dió algo, era muchísimo dinero, con esa cifra podíamos dedicarnos a vivir de rentas durante una buena temporada.

Fui asimilando la muerte de mi tío poco a poco, la llegada del motor del Shelby desde Las Vegas me ayudó a sobrellevarlo. All llegar me faltó tiempo para reinstalarlo, me tiré semanas en el coche, mientras mi chica seguía poníendose muy celosa de aquel coche, "que a ver si arreglas el enchufe de la cocina", "quieres al coche más que a mí" o "el coche o yo, tu eliges" eran las frases que tenía oír con mayor frecuencia.

Un viernes, lo terminé, encendí el coche, casi me olvidara de aquel sonido, tan potente, tan diabólico que ni la Tocata y Fuga de Bach podía superarlo. Aceleraba al aire y se me dibujaba una sonrisa maléfica, me miré en el retrovisor mientras aceleraba y mi cara parecía la del protagonista de "La naranja mecánica"

Alex+DeLarge.jpg

Salí del garaje muy rápido, notando el latigazo del autoblocante metiendo en vereda a los quinientos caballos salvajes del V8. Sí, aquella sensación de vibración del suelo, acompañado del silbido de mis carburadores, me sentía todo un macho, un hombre de pelo en pecho, aquel coche era virilidad y testosterona en movimiento. Al llegar a un semáforo, paré a la par de un SLK AMG, dos niñas pijas iban dentro, me hicieron señas de que bajase la ventanilla:

- Elvis, los 70 ya pasaron, cómprate un coche nuevo...

- Me apuesto lo que queráis a que os gano.

- Calla imbécil, eso no corre, cuando se ponga en verde prepárate a tragar polvo.

Empezó a sonar una de mis canciones favoritas, sería mi himno triunfal

Unos cuatro segundos después de esa frase, el semáforo se puso verde, aceleré y le dediqué un "cógeme si puedes, cacho zorra" a la conductora del Mercedes. Segunda, tercera, cuarta, la aguja del cuentakilómetros subía de manera endiablada, mientras esquivaba a los coches que circulaban por la calle. Miré por el retrovisor a aquellas niñatas que intentaban, sin éxito, alcanzarme. Vaya, vaya, el cazador era ahora la presa. Era brutal, esa sensación era lo mejor para mi, como una droga, mi corazón latía tan rápido como si fuese mi primera vez con una mujer. El Rey había ganado una nueva batalla, la segunda desde que estaba conmigo y la primera desde su "trasplante" de corazón.

Volví a casa y comparé mis dos nuevos coches. El Shelby, si fuese una chica, sería una stripper, explosivo, brutal y muy muy sugerente, el Nissan, una monitora de aeróbic vestida de alta costura, elegante, discretamente bella y capaz de dejar en rídiculo a cualquiera sin apenas despeinarse.

Ahora era un hombre con suerte, dos grandes coches, una novia que me toleraba y, al menos, una persona ajena a mi familia a quien yo le importaba.

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