En la decisión final tenía uno blanco y uno negro.
El negro es precioso en el concesionario, brillante, agresivo, elegante... pero no soy amigo de lavaderos, se ven todas la rayas, no dedico tiempo a la limpieza y aparcado al sol se pone a 1.000 grados.
El blanco es más discreto, mas soso y parece de renting. Elegí el blanco 🙂